Este libro no es solo sobre el fin del mundo como espectáculo tal como ha sido tantas veces escenificado en películas como 2012, El día después de mañana y Terminator. Al analizar éxitos de taquilla que juegan con la aniquilación general y prestar especial atención a películas como Melancolía, Cloverfield, Blade Runner y Doce Monos, Peter Szendy sugiere que, en el género apocalíptico, el cine roe su propio límite.
Apocalipsis cine es, al mismo tiempo y con la misma intensidad, el fin del mundo y el fin del cine. Es la consumación y la autoculminación del cine, en la forma del acinema que Lyotard evocara como el horizonte nihilista de la economía del cine. Las innumerables cuentas atrás, las deslumbrantes radiaciones, las congelaciones y las grietas y fisuras sísmicas no son más que otros nombres y pretextos para poner en escena la propia película, con su economía de tiempo y sus rebobinados, sus imágenes sobreexpuestas y sus fundidos a blanco, sus fotogramas congelados y sus retoques digitales.