Presentación de La práctica de la entrevista clínica de Massimo Recalcati
[Texto presentado el 22 de enero de 2022]
Por Miguel Reyes S.
Psicoanalista asociado Nel- Santiago
En alguna de sus clases Lacan se preguntaba ¿cómo hacer para enseñar eso que no se enseña? Extraña paradoja para quien llamó enseñanza al trabajo que sistemáticamente y por mas de treinta años sostuvo en su famoso “Seminario” dedicado fundamentalmente a los psicoanalistas. Cada una de esas lecciones de los miércoles inauguraron una forma de transmisión única e irrepetible. Freud, sabemos prefería escribir, su ritual de producción se servía de aquello que día a día extraía de la boca de sus pacientes mediado por un constante movimiento de tránsito y discusión con ese enorme bagaje cultural de quien no paraba de leer, sus múltiples intereses iban desde la biología de su época hasta las ciencias sociales, pero también hacia la literatura, los clásicos, el arte etc.., sus resultados se exponían a sus numerosos artículos y libros en un estilo también único e irrepetible.
Todos los que participamos del psicoanálisis, llevamos esas referencias como modelos que han formado eso que se denomina el saber psicoanalítico, se trata claramente de un saber expuesto muy distinto al saber supuesto que moviliza la experiencia de un análisis, del cual a su vez también extraemos un cierto tipo de saber.
No cabe duda que muchos de los que nos interesamos por el psicoanálisis tuvimos un primer acercamiento en alguna asignatura, electivo o taller en la universidad, que en muchos casos nos condujo al diván de algún analista o a la experiencia del control de nuestros pacientes. Esos primeros encuentros son cruciales en la formación que cada uno ha seguido y me imagino sigue en la actualidad. En mi caso hoy ese lugar es la Escuela de la que participo llamada Nueva Escuela Lacaniana (Nel) de Santiago de Chile.
El libro que hoy se presenta, gracias al trabajo de la editorial Pólvora y traducido del italiano al español por nuestra colega Marcela González, se sitúa justo en ese momento, el de una cátedra universitaria en la ciudad de Urbino en los años 1999. Se trata de un curso llamado “Teoría y técnica de la entrevista psicológica”, asignatura que hace parte de un currículo de psicología para estudiantes de los últimos años. Su docente sin embargo no es estrictamente un psicólogo sino alguien que -diríamos- ya porta la peste, es decir: un psicoanalista, como se señala en la contratapa del libro, se trata del joven Recalcati, de nombre Massimo. Quien enfrenta la consigna de ese curso con las herramientas tanto teóricas como de su propio análisis obtenidas en su formación en Paris, y como el mismo señala en el prefacio contaba en ese momento con cerca de diez años de práctica y cercano en edad a los 40 años. De este modo, el desafío que se impone es la de “…proponerse como un espiral, un puente, una puerta abierta al texto de Lacan y la experiencia del psicoanálisis”. Así en una suerte de contrabando hace ingresar a Lacan y su enseñanza en la universidad y a los estudiantes de psicología. Es para muchos —me incluyo— una práctica habitual en las escuelas de psicología, contrabandear a Lacan, hacerlo ingresar bajo otras rúbricas, no siempre bajo el nombre de psicoanálisis. Recuerdo que hace muchos años, cuando recién ejercía la docencia hacía entrar la enseñanza de Lacan en un curso nada menos que de Psicología de la personalidad, sabiendo de antemano que Lacan sostiene que la paranoia es la personalidad.
Es entonces bajo la temática de la entrevista clínica que se perfila un ejercicio de transmisión de conceptos y operaciones extraídas desde diversos escritos y seminarios de Lacan. Imagino que Recalcati sabía que para Lacan la entrevista es un momento lógico fundamental e indispensable para crear las condiciones para entrar en un análisis y llamándola entrevista preliminar teniendo como horizonte su transición hacia una entrada en análisis.
No obstante, aquí en ese libro, se habla de entrevista clínica que es por lo demás el nombre del curso. Pero en tanto lectores lo que advertimos desde un comienzo es un conjunto de operaciones que de alguna manera vienen a subvertir aquello que se espera de una entrevista clínica de un psicólogo puesto que todo apunta y se conduce por el psicoanálisis de Lacan.
Las diversas clases progresivamente irán discutiendo con autores y prácticas de otros modelos de entrevista, sostenidas por conceptos de raigambre psicológica, tales como empatía, motivación, corazón del sujeto etc… que serán “…releídas en una perspectiva lacaniana” proponiendo conceptos de esta orientación, como síntoma, demanda, transferencia etc.
Lo mismo ocurrirá con la cuestión diagnóstica, pues no se trata de la clasificación psiquiátrica habitual sino del diagnóstico diferencial apoyado en una clínica estructural bajo transferencia, así entonces se hablará de histeria, obsesión, psicosis tal como las formulará Lacan en su primera enseñanza, aquella del Nombre-del-Padre como operador simbólico y sus distintas posibles respuestas.
De este modo el texto va en cada una de las clases universitarias desplegando algunos de los conceptos de la enseñanza de Lacan. En once clases, desde marzo a mayo de 1999 asistimos a un ejercicio docente que en un lenguaje claro y con apoyo de ejemplos clínicos se busca transmitir la importancia de la palabra, el lenguaje, y la fidelidad al texto, enfatizando lo que el paciente dice sin saber pero que mediante la escucha analítica se subraya que eso que habla en él sin pensar le compete y lo divide subjetivamente.
Pero este libro contiene algo más que conviene destacar.
El autor señala que recibió estas clases a través de sus alumnos y que recién el año 2017 ocurre la publicación. Es decir, habían transcurridos casi 18 años desde esa experiencia en la Universidad de Urbino, y que si bien el autor consideró no modificar gran parte de lo dicho en esos tiempos corrigiendo solo cuestiones de estilo, decidió incluir en esta publicación en calidad de apéndice dos textos mas, uno mas contemporáneo y el otro surgido en paralelo de esas clases: en el primero se va a problematizar la noción de entrevista con un mayor desarrollo epistémico. Estas reflexiones vienen a complementar y quizás explicar mejor cómo situar aquello que sería lo propio y mas específico en una entrevista analítica sobretodo respecto de su práctica. Todos elementos que justamente sirven para encontrar el justo título a este libro: “La práctica de la entrevista clínica”.
Estas consideraciones vienen a relevar algo esencial en nuestra práctica y que muchas veces se olvida: el inconsciente está afuera y Recalcati precisa: “…no se trata de concebir la actividad del analista como una actividad de desenmascaramiento, la verdad no habita detrás de las palabras”
Tal indicación resulta fundamental en nuestra clínica y en la noción de inconsciente lacaniano que nos rige, ese inconsciente que Lacan distingue del freudiano para al final señalar que Freud no encontró un mejor término. De este modo, la práctica de la entrevista psicoanalítica pondrá relevancia mas en la forma que el contenido, en la superficie mas que en las profundidades, en la actividad del cartógrafo que del arqueólogo, atendiendo al lapsus y el tropiezo del significante en fin de todas esas figuras que van de alguna manera configurando nuestra clínica.
En el segundo apéndice se va a insistir en algo indispensable en la práctica clínica especialmente en la actividad del control o supervisión pero también en la discusión con los colegas, y que exige del clínico un trabajo de formalización , se trata de la construcción del caso clínico pero Recalcati añade un dato mas no siempre advertido, tal construcción no solo recae en el analista es el propio analizante quien sesión tras sesión, en momentos de apertura o en saldos subjetivos es quien construye el caso, su caso, mas orientado por el futuro que por un pasado, de este modo el caso que somos no está ahí guardado en la memoria para ser descubierto sino al contrario es el resultado de una invención producto del encuentro con un real en el marco de la transferencia con al analista, eso lo que se espera de un análisis despertar del sueño de la significación infinita y de la eternización de una búsqueda.
Finalmente y para terminar, no deja de ser interesante una suerte de hallazgo del propio autor cuando revisa esas clases de hace tantos años, incluso dice “ ..me he dado cuenta” y descubre que en su enunciación, en sus ejemplos, incluso en la elección de los temas se prefiguraban todos aquellos aspectos que luego desarrollará en otros libros, algunos que quizás muchos de nosotros conocemos, en lo personal y dado mis intereses por los temas del cine, del arte y de lo estético, recuerdo que mi primer encuentro con Recalcati se dio en una compilación de artículos de analistas de la Ecole de la cuase freudianne que lleva por titulo “Las tres estéticas de Lacan” (2006), donde hay textos de su autoría y donde la cuestión del vacío , la cosa, toman una dirección distinta a sus textos sobre la anorexia o aquello que llamará una clínica del vacío incursiones que dan muestra de algo mas particular.
De este modo, este texto que aquí presentamos si es en algún modo germinal para el propio autor, lo puede ser sin duda para quienes se comprometan en su lectura.
Gracias.
[En la imagen, de izquierda a derecha: Valeria Fliman, Marcela González, Miguel Reyes]
Fotografía de Miguel Morales